La radio ha tenido un gran proceso de evolución en la historia, de la primera transmisión radiofónica del mundo en 1906 a la actualidad hubo un recorrido histórico, que permite analizar el fenómeno desde la perspectiva de Neil Postman: “una tecnología dentro de la cual crece una cultura”.
Reginald Aubrey Fessenden transmitió desde Bratetasnt Rock Station, Massachusetts, la primera radiodifusión de audio de la historia, pero recién en 1910 comenzaron las primeras transmisiones radiofónicas para entretenimiento con una programación regular. En la Argentina hubo que tener paciencia, ya que la primera transmisión se llevó a cabo un 27 de agosto de 1920, gracias a la iniciativa de cuatro estudiantes de medicina que pusieron al aire la ópera Parsifal, de Richard Wagner, desde el techo del Teatro Coliseo de Buenos Aires.
El tiempo transcurrió y como expresó Henry Jenkins, el medio evolucionó y se fue adaptando.
El radioteatro pasó a ser un integrante más de la familia. El motivo de reunión era seguir las aventuras o enredos de los personajes que se presentaban diariamente, a la misma hora y en la misma frecuencia. Pocas veces mejor ejemplificada la expresión de Carlos Scolari “los medios como ambientes”.
El Mito que importa más que la realidad
En 1938 Orson Welles transmitió la novela La Guerra de los Mundos, que relata una invasión marciana. El formato de emisión fue por medio de boletines informativos y flashes urgentes, lo cual produjo un mayor realismo y llevó a muchos a la confusión.
Welles ganó popularidad con este acontecimiento. Este suceso alimentó su fama, pero por otro lado, su trayectoria en el cine terminó convirtiendo este hecho en un antes y un después.
La crónica del día siguiente decía que el pánico causado por el radioteatro de Welles generó un sinfín de hechos alarmantes: accidentes de tránsito, peleas callejeras, avalanchas, suicidios, infartos, etc.
No obstante, con el correr de los años se analizó lo que había pasado esa noche de 1938, y no había certezas de que eso había acontecido, pero para gran parte de la sociedad eso ya no importaba. El fenómeno le había ganado a la realidad. El poder de los medios de comunicación se hacía explicito una vez más.
La era dorada
La radio era el primer medio de transmisión, vivía su momento cumbre. La compañía estadounidense C. E. Hooper, que midió las clasificaciones de radio y televisión desde 1935 a 1950, arrojó en 1947 un dato por demás llamativo: 82 de cada 100 estadounidenses fueron oyentes de radio.
Lo que daría un medio, de los llamados tradicionales, por contar con ese público cautivo en la actualidad.
De los años 20 a los años 50 la radio vivió sus años cumbres. Desde el nacimiento de la radiodifusión comercial hasta la llegada de un nuevo medio, la televisión.
La evolución
El alcance de la radio cada día era mayor, una fuente de información, entretenimiento y debate, pero como en otro tiempo fue el papel lo que había llegado para quedarse y ser el medio preponderante, se fue avecinando la televisión, y ahí el miedo a la no convergencia. Pero el principio de una tecnología no significaba el final de otra.
La radio fue encontrando su lugar, la tecnología modificó al usuario, pero el oyente también hizo cambios en ella, afirmando lo que expresaron Burbules y Callister. Las programaciones se fueron adecuando al consumo, el análisis de lo que se quería escuchar pasaba a ser una herramienta útil para seguir teniendo vigencia.
En los años 1990 las nuevas tecnologías digitales comienzan a aplicarse al mundo de la radio. Con una mejora en la calidad del sonido resurge el interés por la radio. A esas nuevas herramientas, también se sumaba la costumbre del consumo, la añoranza, la nostalgia.
¿Quién puede refutar la pasión que transmite vivir un partido de fútbol a partir del relato radial?
Ese disparo que salió a 8 metros del palo derecho se vivió como una aproximación única, fue “casi” un gol. Algunos querían seguir viviendo esa fantasía dentro de la realidad, total ya habría tiempo para ver luego un resumen de las frías imágenes.
La radio como instrumento también se fue adaptando a la vida diaria, del dispositivo enorme y fijo al diminuto, transportable, que te acompaña en cada momento.
Y una vez más llega la Mediamorfosis, «la transformación de un medio de comunicación de una forma a otra, generalmente como resultado de la combinación de cambios culturales y la llegada de nuevas tecnologías«, como define Roger Fidler.
A su vez, los usuarios se relacionan con estos avances tecnológicos de distinta manera. David White y Alison Le Cornu desarrollaron la teoría de los «visitantes y residentes digitales«, para explicar de otro modo la relación que establecemos con las tecnologías. Y no necesariamente se esté hablando del uso de las herramientas a raíz de una generación, sino también de las motivaciones y del contexto del sujeto en su contacto con los dispositivos.
Otros de los grandes cambios se vivió a partir de la radio por internet, la cual nos permite visualizar lo que sucede en esa cabina. Algunos dirán que así se pierde la magia de la imaginación, otros sienten que pueden ser parte de ese programa radial. Se agregan herramientas, opiniones, formas de avanzar.
El tiempo transcurre y entramos en la era de los podcasts. Contenido segmentado con foco en el público. Se genera información en base a quiénes pueden consumirlo, cuando quieren y como deseen. El proceso fue de a poco, unos valientes iniciaron ese camino que ahora está en un momento cumbre. Se crea contenido diario, hay programaciones para aquellos que quieren volver a sus costumbres, pero también existe la posibilidad de oír el material cuando gusten. Muchas plataformas, gran cantidad de herramientas y una inabarcable cantidad de producciones. Acceso pleno en todo momento y lugar.
Allí está el oyente, tratando de distinguir lo esencial de lo no esencial, como diría Byung-Chul Han, hay exceso de información, y no necesariamente más es sinónimo de mejor, pero eso lo tendrá que analizar cada usuario.
“La radio es el medio más íntimo y socialmente personal del mundo”. – Harry Von Zell, locutor radiofónico y actor cinematográfico y televisivo